Continuidad de los parques (Final del juego, 1956)

julio

Julio Cortázar

Obra del reconocido escritor Julio Cortázar – que forma parte de la recopilación de cuentos “Final del juego”- donde se muestra un punto característico del realismo mágico, algo fantástico: dos realidades que se desarrollan paralelamente y que en algún momento terminarán por juntarse, creando así una tercera realidad.

Es necesario tener presente que el vanguardismo está basado, entre otros tantos movimientos, en el existencialismo, y éste promueve lo abstracto de la vida, aquí no hay Dios, el hombre mismo va creándose una existencia.

De tal manera, es posible percatarse como en Continuidad de los parques el desenlace no es obligatorio, se muestra opcional para el lector (dentro de la historia, es decir, el protagonista), puesto que en el transcurso de su lectura se le van dando pistas – que él omite – pudiéndose salvar de la presunta tragedia final si se hubiese percatado de éstas. Por lo que de cierta forma, él es tanto causante como víctima de su destino.

La metáfora está presente continuamente en la obra; cuando dice, por ejemplo, “Se dejaba interesar por la trama, por el dibujo de sus personajes”, demuestra así como él sólo se fijó en lo exterior, en lo evidente. Así pues, el protagonista se mantiene como un simple testigo, y en su rol de testigo no se involucra, sólo observa cómo se desarrolla todo, sin intervenir nunca. Él decidió su papel en el “juego”: un jugador pasivo, sin saber que con ello marcaba su destino.

Me resulta necesario mencionar que para Cortázar la realidad para el hombre viene dada por la fusión de lo que está fuera y dentro de él. Y esto, a mí parecer, representa la realidad objetiva y subjetiva, en donde la primera es lo que claramente sucede, mientras que la segunda simboliza lo que cada quien percibe.

Pero… ¿Existe realmente la realidad objetiva?, ¿Es posible percatarse con exactitud de ella? La respuesta se hace evidente; si cada quien percibe una realidad diferente entonces nadie puede reconocer la “original”.

Por ello se hace necesario crear un Dios, si el hombre no puede ver lo que realmente sucede en el juego, puesto que forma parte de él, se necesita de alguien que se encuentre fuera, que pueda verlo todo objetivamente y ayude así a los jugadores a salir victoriosos al “final del juego”.

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Leer el cuento aquí: Continuidad de los parques

Cuento Gris (Cuentos de color, 1899)

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Manuel Díaz Rodríguez

En estos cuentos Manuel Díaz Rodríguez muestra una escritura sumamente poética, juega con los colores y las emociones que éstos transmiten. Cada color posee un significado que, junto con el contexto, se van entremezclando, convirtiéndose así en un juego entre sensación, percepción y emoción. Así, el paisaje se ha transfigurado en un “estado del alma”, expresando las emociones de los personajes.

El cuento narra la historia de un médico, vida llena de reproches de parte de quienes pierden a un ser querido a manos del ángel de la muerte, sin que el honorable médico pueda hacer algo por salvarle.

El protagonista realmente no es más que la terrible fiebre palúdica que azota sin piedad el desaventurado pueblo de Cantarena, llevándose consigo infinidad de almas. El médico más joven es quien siempre ejerce en campos y aldeas pobres, y cada vez que una vida se escurre entre sus dedos anuncia a modo de excusa “que la ciencia es menguada y relativa”, con el tiempo el médico se acostumbra a los reproches.

En el relato se encuentra un caso particular, en una casa algo apartada vive una mulata anciana de nombre Paula, junto a sus tres hijos que paulatinamente van cayendo en el profundo pozo del que nadie vuelve. El mayor murió en la guerra, el segundo por disputas en estado de ebriedad , mientras que el tercero es precisamente el caso a contar; el joven y fuerte muchacho presenta indicios de la enfermedad, su madre alarmada llama inmediatamente al médico que, al no percibir ningún peligro, le tranquiliza prometiendo volver al día siguiente, sin embargo, para ese entonces ya el hijo habrá perecido.

En el cuento se menciona repetidamente el hermoso cementerio del pueblo, siendo el mismo pueblo una miseria, por lo que su mayor atractivo es curiosamente el cementerio, presentando este tonos blancos y verdes, con pavimente rojo, tomando en cuenta que los colores son los principales símbolos de este relato podrían estos interpretarse como: el blanco, la inocencia de los fallecidos, el verde, la alegría de dejar atrás el sufrimiento que les otorgaba la vida, la esperanza de encontrarse en un lugar mejor y el rojo la sangre representante de la muerte, del sufrimiento que la enfermedad generó, y el amor de aquellos vivos por los que ya no están. Se menciona la laguna cerca de la casa de Paula como el segundo lugar más hermoso del pueblo, que refleja el crepúsculo, fin de cada día, así como el fin de la vida, y las ranas que ahí cantan entonan una melodía fúnebre.

El ambiente es constante, oscuro y lúgubre, sólo el cementerio y la laguna generan sensación de belleza, sin embargo, son símbolos de muerte. El gris es neutralidad, discreción, quizá resignación al final que depara cada finita existencia. A la muerte del tercer hijo, a Paula comienzan apenas a crecerle flores negras en el pecho , un luto que no había guardado por los otros pues la esperanza le quedaba en el último, lo guardará ahora por los tres , resignándose al poder de la muerte y esperando quizá paciente su propio final.

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